Lo reconozco, me fascina hacer fotografías en días de tormenta. La luz es tan mágica que todo parece diferente. Quizá es porque sentimos diferente en esos momentos.
He de hacer una confesión. Me gustaría hacer algún día una fotografía de unos novios bajo una tormenta. Espontaneidad y naturalidad ante todo, porque eso no se puede preparar. Estoy convencida de que se conseguirían unas fotografías espectaculares.
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